Santa Octava
en honor a
Dios Padre de toda la humanidad
Con licencia Eclesiástica del Obispo Nicholas D’ Antonio,
Vicario para el Apostolado Latinoamericano. Arzobispo de Nueva Orleáns, EE UU.
Ocho días antes de consagrarnos a Dios Padre, debemos comenzar nuestra preparación con la Santa Octava en Su honor.
ORACIONES
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En texto
REFLEXIONES
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Esta octava pretende establecer en nuestras vidas el rol paterno de nuestro Dios. Recordemos cuando Magdalena encuentra a Jesús resucitado Él le dice: “No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde Mis hermanos y diles: Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y vuestro Dios” (Jn. 20, 17)
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Se cree erróneamente que Dios Padre es el Dios del miedo y del temor, de la severidad y del castigo. Por eso, re-descubramos su ternura y misericordia en todo lo que dice y hace.
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Entendamos su gran celo y amor por las almas que crea. Comprendamos que lo único que ansía es recibirnos en su casa eterna. Sus hijos, nosotros, somos preciosos para su corazón.
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Si nosotros somos su verdadero deseo. ¿Por qué nosotros no suspiramos por ÉL?
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Quiere unirnos en la tierra en unidad armónica y hermandad.
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Quiere que entendamos los tesoros que nos ha concedido: Jesús, María, la Iglesia, los Sacramentos, el Paraíso, la Vida Eterna, etc.
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Tenemos que cruzar el umbral de la casa que señala el retorno a la Casa del Padre. Frecuentemente la vida moderna, con el anonimato e individualismo que impera, nos hace pensar que estamos solos y abandonados, pero no lo estamos. Nuestro Padre, a quien aún no conocemos, tiene grandes planes para nosotros, pero no le facilitamos su llegada. Para acercarnos digamos sí, pero con fe, confianza y humildad.
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¿Cuándo pensamos que ÉL también estaría dichoso de tenernos entre sus brazos protectores? ¿Cuándo anhelamos más intimidad con Él
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Pero no lo conocemos, preferimos lo nuestro, apreciamos más nuestra voluntad, que su sabiduría y dirección. ¡Abrámonos a Su Voluntad! Él nos llama ahora y siempre. ¿No será este el momento para refrescarnos, descansando en Su Corazón?
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Si quieres empezar a recrearte en ÉL, repite mentalmente:
“Estoy en el corazón de Mi Padre, Su casa, donde Él me ha colocado. No quiero alejarme de su Bondad y Misericordia. Ya no atravesaré su puerta hacia fuera. Con Él estoy a salvo en la Casa del Señor. ¡Mi PADRE!” -
Para sentirlo aún más cerca detengámonos a pensar y tratemos de escuchar los latidos de Su corazón que marca armónicos compases de amor. Y nos dice: “Es el tiempo de la reunión con tu PADRE”. Mucho tiempo estuvimos alejados… pero para la reunión debemos prepararnos, estar en silencio, abrir los brazos y salir de la noche para ver la Luz.
13. Nuestro objetivo: RESCATAR ALMAS.
VOLVAMOS A LA CASA PATERNA
LA CONSAGRACIÓN
(Con Licencia Eclesiástica)
La octava de consagración se inicia el primer domingo de Agosto (pero se puede hacer en todo tiempo), preferiblemente en una eucaristía dominical en la que nos consagraremos a la Santísima Virgen María, al Sagrado Corazón de Jesús y al Espíritu Santo con las oraciones que se adjuntan. Ese mismo día oraremos el primer día de la octava.
Durante la semana se harán los días respectivos de la octava y culminará el domingo siguiente con la gran fiesta de consagración a Dios Padre de toda la humanidad, es decir se comienza el primer Domingo de Agosto (fiesta de Dios Padre) y finaliza el segundo domingo de Agosto. Cabe hacer anotar que la consagración se puede realizar en cualquier otra época del año.
Las consagraciones a Jesús, María y al Espíritu Santo, preparan nuestros corazones a la Consagración al Padre de toda la Humanidad.
La octava es un acto de entrega voluntaria con un propósito fundamental: Iniciar el retorno a la Casa del Padre, donde vivamos en Su Reino y se haga Su Voluntad en Unidad, Armonía y Hermandad.
La Consagración se hace en un período total de ocho días (Octava) y compromete la siguiente conducta personal:
a) Misa diaria, obviamente comunión (Quienes no pudieran por razones serias como divorcios u otros, podrán efectuar la Comunión Espiritual).
b) Recitar ininterrumpidamente los ocho días las oraciones respectivas.
c) Seguir las Letanías.
d) Meditar sobre los temas sugeridos en las “Octavas Menores”
El sentido fundamental se comprende al considerar que al consagrarnos:
1. Estaremos en la Casa del Padre
2. Dios quiere vivir en el hombre como si fuera un tabernáculo (Sagrario) vivo.
3. Hacemos la decisión libre de Volver al Padre.
4. Para ello damos un verdadero “SÍ”.
5. Debemos saber, Amar, Servir y Honrarlo a lo largo de esta Octava que es totalmente Suya.
6. Debemos pedir su Misericordia por todo: Pasado, Presente y Futuro.
7. Nosotros mismos nos consagramos a Dios Padre.
8. María, Jesús y El Espíritu Santo, entonces, habrán completado su Trabajo.
9. Nosotros, Sus Hijos, Volvemos al Padre.
CORONA FORMAL DE LA SANTA OCTAVA DE CONSAGRACIÓN A DIOS NUESTRO PADRE
(Con meditaciones)
Oraciones de Consagración Previas - Para el primer día de la Santa Octava:
CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Santísima Virgen María, toda Inmaculada:
Me consagro a ti y pongo entre tus manos toda mi existencia. Acepta mi presente con todo cuanto hay en él. Acepta mi futuro con todas sus posibilidades.
Quiero en esta consagración entregarte todo cuanto soy y tengo, cuanto he recibido de Dios... Te entrego mi inteligencia, voluntad y corazón.
Coloco entre tus manos mi libertad, mis anhelos, temores y esperanzas, tristezas y alegrías. Protege mi vida, vela por mis acciones, a fin de que, siendo fiel a Dios, pueda con tu ayuda alcanzar la salvación.
Te consagro mi cuerpo y mis sentidos, a fin de que, evitando el pecado me libre de la eterna condenación. Te consagro mi cuerpo y mis sentidos, a fin de que se conserven puros y me ayuden a practicar la virtud. Te consagro mi alma a fin de que la preserves del mal. Hazme participar en una Santidad como la tuya; hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.
Te entrego mi niñez, mi entusiasmo y ardor juvenil; mis estudios, mi vida adulta, mi trabajo y mi ancianidad. Que no envejezca nunca en la vivencia de la FE. Te entrego mi capacidad y afán de amar, enséñame a amar como has amado y Jesús quiere que ame.
Santísima Virgen María: Soy todo tuyo y cuanto tengo, tuyo es. Ampárame y protégeme como Hijo (a) y posesión tuya. Oh María Virgen Purísima: Líbranos de la inundación del pecado y resucita en nosotros el amor a la pureza. Amén.
CONSAGRACIÓN PERSONAL AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Postrado a tus pies, Jesús Mío, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseñas continuamente Tu Sacratísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo para hacerme digno de las promesas y bendiciones que generosamente nos concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven.
¡Mira que soy pobre y humilde, necesito de Ti! ¡Mira que soy torpe y necesito de Tu Divina enseñanza para iluminar y guiar mi ignorancia! ¡Mira que soy muy débil, y caigo a cada momento y necesito Tu apoyo para no desfallecer!
Sé todo para mí, Sagrado Corazón de Jesús: Socorro de mi miseria, Luz de mis ojos, Sostén de mis pasos, Remedio de mis males; auxilio de toda necesidad.
De Ti lo espera todo mi pobre Corazón. Tú lo animas y lo invitas repetidas veces como lo dijiste en Tu Evangelio: “Venid a Mí; aprende de Mí, pedid; llamad...”
A las puertas de Tu Corazón vengo hoy; llamo, pido y espero. Amén.
CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Recibe oh Espíritu Santo de Amor la Consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, en adelante en cada uno de los instantes de mi vida y en cada una de mis acciones, se mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, llena mi corazón de todo tu amor, amor del padre y del hijo.
Yo me abandono sin reservas a tus operaciones divinas y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones.
¡Oh¡ Espíritu Santo, dígnate formarme con María y en María, según el modelo de nuestro divino Jesús.
Gloria al Padre Creador, Gloria al Hijo Redentor, Gloria al Espíritu Santo Santificador.
Oh Espíritu Santo, fuente de toda pureza, comunícamela por medio de la Cruz y guarda siempre mi cuerpo y mi alma puros y sin mancha.
Oh Espíritu Santo, haz que todos los que pertenecemos de una manera especial, formando tu familia amada y siendo tus apóstoles, te amemos cada día más y más, hagamos que te amen miles de almas hasta nuestro último suspiro.
Espíritu Santo, derramad torrentes de gracias y abundantes bendiciones sobre nosotros y sobre todas las familias del mundo para nuestra salud, intenciones y necesidades, para que seamos iluminados con vuestro santo espíritu y para que seas la luz que nos conduzca y que nos guíe a todos los sitios y a todos lugares donde tengamos que ir. Amén.
ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS.
Oración Preparatoria para invocar la presencia de Dios Nuestro Padre.
AMADÍSIMO PADRE, MI CREADOR Y MI DIOS: TU prometiste que en todo lugar en el cual se honrara TU nombre, vendrías y nos bendecirías.
¡OH PADRE!, levántate y ven a descansar en nosotros TUS Hijos. Revístenos de salvación y déjanos gozar de TU bondad. Por favor no desvíes nuestros rostros de TU presencia.
Si hemos encontrado favor ante TU vista, muéstranos TU rostro a fin de poder conocerte y encontrar gracia ante TUS ojos. Por favor, háblanos ahora como hablaste a MOISÉS: como un hombre habla a su amigo.
Haz que en este día se sepa que TÚ eres el “PADRE de toda la Humanidad”, capaz de hacer que los corazones de todos vuelvan a TI, y que se sepa que nosotros somos TUS Hijos, deseosos de hacer TU Voluntad en todo.
Respóndenos SEÑOR, contéstanos, de modo que todos TUS Hijos podamos saber que TÚ eres el único DIOS y PADRE de la Humanidad.
Como hijos pródigos, sólo deseamos volver a TU CASA a estar CONTIGO. A medida que nos acerquemos, PADRE, por favor corre hacia nosotros para encontrarnos. “Y en el amor incondicional y compasivo que nos ofreces, “ABRÁZANOS Y BÉSANOS”.
Como MARÍA TU Sierva y JESÚS TU HIJO, TE amamos PADRE y nos damos nosotros mismos a TI.
Siguiendo a los que nos ENVIASTE para que nos mostraran el CAMINO a CASA, nosotros ahora, libremente nos consagramos a TI diciendo:
Con MARÍA Nuestra Madre: “Hágase conmigo según TU Palabra”.
Por medio de JESÚS nuestro DIOS y Salvador: “No se haga como yo quiera, sino como TÚ Quieras”.
En el ESPÍRITU SANTO, Nuestro DIOS Santificador: “ABBA PADRE”.
Jesús prometió que cuando dos o tres se juntaran en Su Nombre, ÉL estaría en medio de ellos. Así como Jesús está en Ti y Tu en Jesús y como Jesús es la Vid y nosotros los sarmientos: Quédate con nosotros ahora y por medio de TU SANTO ESPÍRITU, vive en nosotros siempre, como templos vivos.
Bendícenos PADRE y camina en medio de nosotros TUS Hijos.
Y permite que TU GLORIA descienda sobre nosotros siempre como el fuego transformante de TU TERNURA, AMOR Y MISERICORDIA, ahora y por siempre. Amén.
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Hacer la Señal de la Cruz, diciendo:
En el nombre del PADRE, del HIJO y del ESPÍRITU SANTO. Amén.
- En la Medalla de la Santa Octava de Consagración a Dios Nuestro Padre (si se tiene )-
Amado DIOS PADRE NUESTRO, humildemente te pido que en el camino de retorno hacia TI, TUS Santos Ángeles me protejan y guíen; que TUS Benditos Santos del Cielo intercedan por mí, y que TUS almas sufrientes en el Purgatorio rueguen por mí, así como yo oro por ellas en este instante.
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En las tres cuentas doradas:
Cuenta 1: Dios Te salve María...
Cuenta 2: Jesús, mi Dios y mi Salvador, tanto me has amado, has muerto por mí en la Cruz, a fin de
que yo también pueda retornar a la CASA del PADRE y estar junto a Él en el Cielo... Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida... A través de Tu Santa Eucaristía, por favor, sostenme y acompáñame en el camino de retorno a CASA… Amén.
Cuenta 3: Espíritu Santo, mi Dios y mi Santificador, Jesús Te envió por mí, a fin de que yo pueda retornar a la CASA del PADRE, por favor, purifícame y límpiame. Lléname con Tu Luz Divina y con Tu Amor para que la Presencia de DIOS pueda habitar en mí. Amén.
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Meditaciones (Elegir según el día que corresponda y continuar con la octava menor):
-En la cuenta dorada-
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Primera octava mayor (Primer día)
LA DESOBEDIENCIA Y EL EXILIO DE LOS HIJOS DE DIOS, NUESTRO PADRE
Meditemos en:
a) Adán y Eva escogen no hacer la voluntad de Dios Nuestro Padre.
b) Su exilio del aquel Paraíso que Dios había creado para ellos.
c) La Promesa del Padre de que “la Mujer” — María—, triunfaría un día “aplastando la cabeza” de la serpiente que los había engañado induciéndolos a la desobediencia.
Al principio, DIOS Nuestro PADRE estaba con nosotros en el Paraíso que había creado para
nosotros: El Paraíso de Su Divina Voluntad.
Seducidos por Satanás, Adán y Eva decidieron no seguir la Voluntad de Dios, por eso fueron alejados
del Paraíso, negándoseles la Presencia íntima de Dios.
Sin embargo, nuestro Padre prometió que “la Mujer” derrotaría finalmente el mal que había
causado esta separación; el mal de decir ‘NO’ a la Voluntad de DIOS”. (Gn 2:8 y 3:23)
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Segunda octava mayor (Segundo día)
LA PRESENCIA DE DIOS NUESTRO PADRE EN LA ERA DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
Meditemos en:
Aunque los hijos de Dios fueron expulsados del Paraíso por haber escogido no hacer la Voluntad de Dios, Dios nunca los abandonó. Él estuvo presente con ellos, desde el comienzo. En tiempos del Antiguo Testamento, Él manifestó Su Presencia a través de Su propia Voz, las palabras de Sus profetas, en la zarza ardiendo, en la columna de humo y en el Arca de la Alianza.
Después que DIOS liberó a Sus hijos del yugo egipcio. ÉL pidió que celebraran la Fiesta de los Tabernáculos durante ocho días cada año. ÉL quería que el pueblo recordara que Dios los amaba, que los había salvado y que estaba Presente entre ellos.
Luego, cuando Dios estuvo presente en el ARCA de la Alianza, Salomón construyó un magnífico templo para darle albergue. Y celebró entonces una Fiesta de Dedicación de ocho días, como preparación para la Presencia de DIOS en el Templo. Y DIOS respondió manifestando Su Presencia de manera tangible y poderosa.
Al final del Antiguo Testamento, los Macabeos restituyeron la Fiesta de los Ocho Días para Purificar y dedicar nuevamente el Templo, que había sido profanado por medio de influencias paganas, de modo que la Presencia de DIOS pudiera habitar con ellos una vez más. (Lv. 8:33-36; 9:1-24; 23:33-43; 2 Cro. 7:1-9; 2 M 2:1-12).
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Tercera octava mayor (Tercer día)
EL FIAT DE MARÍA, NUESTRA MADRE.
Meditemos en:
a) El “Triunfante” Fiat de María, Su “SÍ” a la Voluntad de DIOS.
b) Cómo Ella se convirtió en la “NUEVA ARCA”, un Tabernáculo viviente para la Presencia de Dios, manifestada de nuevo: en JESÚS, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad — el SALVADOR de los hijos de Dios, Nuestro Padre.
MARÍA dio Su “SÍ” cuando el Arcángel Gabriel Le preguntó si sería la MADRE del HIJO de DIOS. EL ESPÍRITU SANTO vino sobre ELLA y el Poder de DIOS, Nuestro PADRE, La cubrió con SU SOMBRA. Al decir “SÍ” a la Voluntad de DIOS, MARÍA, la Mujer, dio espacio a la Presencia de DIOS en una Nueva Forma.
Ella realmente Se convirtió en la “NUEVA ARCA”, un Tabernáculo viviente de JESÚS, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad —el SALVADOR de la Humanidad— Quien, con la cooperación de Su Madre, reintegraría a los exiliados Hijos de Dios a su PADRE. (Lucas 1, 26- 37).
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Cuarta octava mayor (Cuarto día)
EL FIAT DE JESÚS, NUESTRO SALVADOR —HIJO DE DIOS Y SEGUNDA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD—.
Meditemos en:
a) El Fiat de JESÚS, Su “Sí” a la Voluntad de Dios.
b) Cómo DIOS, Nuestro PADRE, envió a JESÚS para salvarnos y llevarnos de retorno a Su lado, al Hogar Divino.
JESÚS dio Su “SÍ” durante toda Su Vida. Él ofreció Su Fiat a Dios, Nuestro Padre, durante Su Agonía en el Huerto de Getsemaní: “PADRE, si es posible, pase de Mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la Tuya.” (Mt. 26, 39).
Por medio de Su Pasión, Muerte y Resurrección, JESÚS nos redimió, derrotando el pecado (decirle no a la Voluntad de Dios) y la muerte (el exilio y la separación de Dios) que Satanás introdujo en el mundo.
A través de JESÚS, Su Iglesia y Sus Sacramentos, nosotros podemos ahora regresar a DIOS, Nuestro PADRE, y tener la Vida Eterna (Jn. 14:1-14).
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Quinta octava mayor (Quinto día)
EL ENVÍO DEL ESPÍRITU SANTO, NUESTRO SANTIFICADOR —EL ESPÍRITU DE DIOS Y TERCERA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD—.
Meditemos en:
Cómo JESÚS, después de haber completado la Misión que Le había encomendado Dios, Nuestro Padre, Le pidió que enviara el ESPÍRITU SANTO, una nueva manifestación de DIOS revelada —LA TERCERA PERSONA de la TRINIDAD—.
EL ESPÍRITU SANTO fue enviado para:
a) Guiarnos en nuestro camino de regreso a Nuestro PADRE…
b) Para purificarnos y depurarnos, de modo que pudiéramos llegar a ser tabernáculos vivientes de la Presencia de DIOS que mora en nosotros.
Antes de ascender a Su PADRE, JESÚS prometió que no nos dejaría huérfanos. ÉL Le pidió a DIOS, Nuestro PADRE, que nos enviara al ESPÍRITU SANTO. Haciendo esto, DIOS podía otra vez estar presente con nosotros de una manera nueva. Ahora Le era posible a Dios, no sólo estar “CON” nosotros (como en los tiempos del Antiguo Testamento), sino “EN” nosotros. (Jn. 14, 16-17).
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Sexta octava mayor (Sexto día)
LA DECISIÓN DE LOS HIJOS PRÓDIGOS DE DIOS, DE REGRESAR A SU PADRE.
Meditemos en:
a) Cómo todos nosotros somos hijos pródigos de DIOS, Nuestro PADRE.
b) Cómo Él nos ha proporcionado, a cada uno de nosotros, la oportunidad de hacer una elección de libre voluntad para regresar a ÉL.
Como hijos pródigos de DIOS, Nuestro PADRE, nos da la oportunidad (individual y colectivamente) de hacer una sincera decisión de libre voluntad, de regresar a la CASA DEL PADRE; esto significa decidirnos a apartarnos de nuestra propia voluntad, de nuestra propia vida pecaminosa, de nuestro propio espíritu mundano, y “CONVERTIRNOS”, o regresar a la Presencia de Dios, Nuestro Padre (Lc. 15:11-24).
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Séptima octava mayor (Séptimo día)
EL FIAT DE LOS HIJOS DE DIOS, NUESTRO PADRE, INDIVIDUALMENTE Y COMO CUERPO DE CRISTO.
Meditemos en:
Cómo, consagrándonos nosotros a DIOS, Nuestro PADRE, y diciéndole “Sí”, incondicionalmente a Su Voluntad, encontramos el camino de vuelta a Casa, a Su lado —nos convertimos en tabernáculos vivientes de la Presencia Divina que mora en nosotros.
Al decirle el “Sí” a DIOS, Nuestro PADRE, al aceptar cumplir Su Voluntad en todo, al entregarnos completamente a Él, Dios viene a habitar en nosotros y nosotros a habitar en Él —estamos en CASA con Nuestro PADRE—. Nos convertimos en templos del Dios Viviente (2 Cor. 6, 16). En un sentido, el Cielo y la tierra se unen: “Venga a nosotros Tu Reino. Hágase Tu Voluntad en la tierra como en el Cielo” (Mt 6:10).
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Octava octava mayor (Octavo día)
LA VENIDA DE LA NUEVA JERUSALÉN.
Meditemos en:
La eventual conclusión de la Historia de la Salvación, —LA NUEVA JERUSALÉN— prometida en el Libro del Apocalipsis, cuando el Cielo y la Tierra sean transformados, cuando la humanidad sea finalmente restaurada a DIOS, Nuestro PADRE, y cuando DIOS manifieste Su PRESENCIA y habite con Sus hijos para siempre de una nueva forma:
“Entonces vi un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva; ya que el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y el mar ya no existía. Y vi la Ciudad Santa, la NUEVA JERUSALÉN, que descendía del Cielo, del lado de Dios, ataviada como una esposa para Su Esposo. Y oí una gran Voz que decía desde el Trono: “He aquí el Tabernáculo de Dios entre los hombres. Él habitará con ellos; ellos serán Su pueblo, y Dios mismo morará con ellos; Él enjugará todas las lágrimas de sus ojos, y la muerte no existirá, y ya no habrá más luto, ni llanto, ni dolor, porque todo esto es ya pasado. Y el que estaba sentado en el Trono, dijo: “He aquí que hago nuevas todas las cosas.” Y dijo: 10 “Escribe, porque éstas son palabras fieles y verdaderas.”
Me dijo: “¡Hecho está!, Yo Soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin. Al sediento le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida… El que venciere heredará estas cosas, y Yo seré su DIOS, y él será Mi hijo.” (Ap. 21, 1-7)
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Octava menor (Para todos los días)
- En las 8 cuentas rojas -
Iniciar con un Padre Nuestro
Cuenta 1: En alabanza, Te amo, PADRE, y me doy completamente a Ti.
Cuenta 2: En agradecimiento, Te amo, PADRE, y me doy completamente a Ti.
Cuenta 3: Como ofrenda, Te amo, PADRE, y me doy completamente a Ti.
Cuenta 4: En arrepentimiento, Te amo, PADRE, y me doy completamente a Ti.
Cuenta 5: Por mi Herencia, Te amo, PADRE, y me doy completamente a Ti.
Cuenta 6: Al decirte SÍ, Te amo, PADRE, y me doy completamente a Ti.
Cuenta 7: En fidelidad, Te amo, PADRE, y me doy completamente a Ti.
Cuenta 8: En Consagración, Te amo, PADRE, y me doy completamente a Ti.
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ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE (Para todos los días)
- En la Medalla de la Santa Octava de Consagración a Dios Nuestro Padre -
PADRE amado, por favor, acepta el ofrecimiento de todo mi ser: cuerpo, mente y espíritu.
Te alabo por Tu Creación, por Tus Obras y Maravillas.
Te agradezco por darme la vida y por todo lo que has hecho por mí.
Te ofrezco, todo aquello que con tanta generosidad me has concedido.
Con toda sinceridad, me arrepiento de no conocerte, amarte, servirte ni honrarte como debería… En esta oportunidad quiero asumir mi herencia como hijo (a) Tuyo (a), con todo el gozo y responsabilidades que correspondan… Te doy mi “SÍ” para que puedas disponer de mí como un instrumento de Tu Divina Voluntad. Hago la solemne promesa de serte fiel y Te pido me concedas la gracia de la firmeza y la perseverancia en mi Fe.
PADRE mío, el más amado, cuidadoso y misericordioso de todos los PADRES; en Tu Divina Presencia, proclamo sinceramente mi amor por TI.
Te ofrezco todo mi ser y toda mi familia…
Solemnemente me Consagro a TI junto a los míos ahora y por siempre.
PADRE AMADO, como Tu hijo (a), te pido:
Que envíes a MARÍA, para que me conduzca hacia JESÚS y que JESÚS me envíe el ESPÍRITU SANTO, para que ELLOS puedan llevarme ante TI.
Que Tú puedas vivir en mí y conmigo —un templo vivo preparado por MARÍA, dedicado por JESÚS y purificado por el ESPÍRITU SANTO… Permite que pueda estar siempre en Ti y Contigo.
Que me concedas la gracia de ser un (a) auténtico (a) hijo (a) Tuyo (a), un amigo íntimo y verdadero, uno de los que Te ama sobre todas las cosas.
Y cuando vengas a recogerme en mi último momento, me lleves a Tu Hogar para estar Contigo… Te pido, además, PADRE, por el bien de la humanidad: Ten Misericordia de todos Tus hijos —en su pasado, presente y futuro. Trae la Paz al mundo y reúne a todos Tus hijos alrededor Tuyo.
Haz que venga a nosotros Tu Reino y se haga Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo… Amén.
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LETANÍAS DE LA SANTA OCTAVA DE CONSAGRACIÓN A DIOS NUESTRO PADRE
(Para todos los días)
Señor, ten Misericordia. Señor, ten Misericordia.
Cristo, ten Misericordia. Cristo, ten Misericordia.
Señor, ten Misericordia. Señor, ten Misericordia.
Cristo, Óyenos. Cristo, por Tu Bondad, óyenos.
Dios Padre del Cielo. Ten Misericordia de nosotros y que nosotros seamos misericordiosos
Dios Hijo Redentor del Mundo. Ten Misericordia de nosotros y que nosotros seamos misericordiosos
Dios Espíritu Santo. Ten Misericordia de nosotros y que nosotros seamos misericordiosos
Trinidad Santa, un solo Dios. Ten Misericordia de nosotros y que nosotros seamos misericordiosos
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
salvado a ocho personas en el Arca
de Noé…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiéndote
manifestado a Moisés y a sus hijos,
luego de haber completado un
“Período de Consagración y Ofrecimiento" de ocho días…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
instituido los ocho días de Fiesta
de los Tabernáculos para recordar
a Tus hijos que estabas con ellos,
los amabas y los habías liberado
de la esclavitud de Egipto…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
aceptado las Ofrendas de Purificación de Tus hijos luego de un
Ritual de Limpieza de ocho días…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
sido Glorificado por David el octavo hijo de Jesé, cuando llevó el
ARCA de la ALIANZA a la Ciudad de
David en medio de cantos de
alabanza para la octava…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
escuchado el llanto de arrepentimiento de David cantando en su
arpa de ocho cuerdas…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
sido Glorificado cuando Salomón
completó la CASA del SEÑOR en el
octavo mes del año…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
llenado el Templo con TU MAJESTAD y habiendo ido con Tus hijos
en el octavo día de la
Fiesta de la Dedicación…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
sido Glorificado cuando el Templo
profanado, fue purificado y vuelto
a Consagrar por los Macabeos
durante la Octava de la Fiesta de la
Dedicación…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
hecho una Nueva Alianza con Tus
hijos, por medio de JESÚS, Tu Hijo
Vivo, quien fue Circuncidado al
octavo día…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiéndote
revelado a TU HIJO JESÚS durante
la TRANSFIGURACIÓN, ocho días
después de haber alimentado a las
multitudes…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
sido glorificado, cuando en el
Portal de Salomón, en el Octavo día de la Dedicación, TU HIJO
JESÚS, reveló que estaba CONSAGRADO a DIOS Nuestro PADRE, y
que ÉL Y EL PADRE eran UNO…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
DIOS PADRE Nuestro, habiendo
Sido Glorificado, cuando JESÚS
mostró Sus Heridas al incrédulo
Tomás, al octavo día de Su Resurrección…
Ten misericordia de nosotros, ¡Oh Padre amoroso!
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ORACIÓN (Para todos los días)
Amado Dios, PADRE Nuestro: Permítenos conocerte, amarte y honrarte, a lo largo de Ocho días de Purificación y Consagración, como siempre lo quisiste en nuestra historia de salvación.
Haz que la Santa OCTAVA de Consagración a Ti y su Solemne Octavo Día, FIESTA del PADRE de toda la Humanidad, sirva para que todos Tus hijos retornen a Tu Morada.
Pueda concederse esta Gracia por intermedio de Tu Amor y el Amor de JESÚS, Nuestro Dios y Salvador; y el ESPÍRITU SANTO, Nuestro Dios y Santificador; y MARÍA Nuestra MADRE. Amén.
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TEMAS DE REFLEXIÓN PARA CADA DÍA (Tomar la reflexión del día que corresponda)
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TEMA DE REFLEXIÓN PARA EL PRIMER DÍA: ALABANZA
"Al SEÑOR, mientras viva, he de alabar, mientras exista salmodiaré para mi Dios.” (Sal 146, 2)
Gloria a Ti, DIOS mi PADRE: A Ti que has hecho el Universo, y todo aquello que lo contiene.
A Ti que has hecho la Luz más brillante y la profundidad más oscura del océano.
A Ti que has hecho la tormenta más aguda y la más fina brisa de verano.
A Ti que has hecho los Ángeles Celestiales, como también los animales, los pájaros y peces sobre la Tierra.
A Ti que me hiciste y me creaste a Imagen TUYA: ¡Te alabo, DIOS mi PADRE, ahora y por siempre! Amén.
Medita en todo lo que Dios Nuestro Padre te ha dado. Dale gracias con tus propias palabras.
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TEMA DE REFLEXIÓN PARA EL SEGUNDO DÍA: ACCIÓN DE GRACIAS
“Bendice al SEÑOR, alma mía, no olvides Sus muchos beneficios.” (Sal 103:2)
Gracias, amado PADRE, por amar mi existencia.
Gracias por este cuerpo, mente y alma que has creado especialmente para mí.
Gracias por la gente y las circunstancias de mi vida.
Gracias por abrirme los ojos, los oídos, el corazón para que pueda ver, escuchar y amarte.
Gracias por tomarme de la mano y guiarme de retorno a Casa, a través de los peligros y dificultades de mi vida. Gracias por amarme. Amén.
Dale gracias a Dios con tus propias palabras.
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TEMA DE REFLEXIÓN PARA EL TERCER DÍA: OFRECIMIENTO
“También vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un Edificio Espiritual, para un Sacerdocio Santo, para ofrecer Sacrificios Espirituales, aceptos a DIOS por mediación de JESUCRISTO” (1º P. 2, 5)
TÚ me has dado TODO, PADRE… Te has dado a TI MISMO. ¿Qué puedo ofrecerte yo?
Déjame ofrecerte los primeros frutos, los mejores de todo aquello que hago o recibo.
Permite que todos Tus hijos se ofrezcan como fruto del Árbol de la Vida que Tú has plantado y que hayan madurado con el sacrificio, el sufrimiento y las cruces propias de la vida terrena.
Permite que los efectos del “NO” dado por Tus hijos a Tu Voluntad, y que tuvo como consecuencias la oscuridad, la discordia y el desorden, se transforme en un “SÍ” de LUZ de AMOR.
Levanto mis brazos en ofrenda a Ti, PADRE. Recibe en TU PATERNAL CORAZÓN todo aquello que me has dado. Amén.
Medita en lo que puedes ofrecerle a Dios Padre. Ofrécele a Él todo lo que Él te ha dado a ti —las bendiciones y las cruces— para que todo sea transformado en Su Amor.
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TEMA DE REFLEXIÓN PARA EL CUARTO DÍA: ARREPENTIMIENTO
“Bendito sea el DIOS y PADRE de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO, PADRE de las Misericordias y DIOS de toda Consolación.” (2 Co. 1, 3)
PADRE BUENO, eres todo AMOR, pero también JUSTO: ¿Cómo pueden Tus hijos hacer reparación por sus pecados? ¿Cómo pueden nivelar los grados de Tu JUSTICIA, especialmente en estos tiempos?
Tiempos en los cuales, muchos de Tus hijos Te dicen NO.
Tiempos en los cuales, muchos de Tus hijos rechazan Tu VOLUNTAD.
Tiempos en los cuales, muchos de Tus hijos no creen en Ti y se han entronizado ellos mismos como <<dioses>>.
Tiempos en los cuales, muchos de Tus hijos abrazan el fruto prohibido: Han abrazado la mentira y la muerte.
Lávanos, SEÑOR, con Tu Gracia y Misericordia,
PADRE. Límpianos con Tus Lágrimas. Ayúdanos a ser compasivos combatientes de Tu Misericordia
sobre la Tierra, de manera tal que la espada de la Justicia se transforme en un amoroso instrumento
de Tu Misericordia. Amén.
Medita en todos los modos en que has herido u ofendido a Dios, Nuestro Padre. Pídele Su perdón
y Su misericordia. Pídele la gracia de conocerlo, amarlo, servirlo y honrarlo y de hacer Su Voluntad
en todas las cosas.
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TEMA DE REFLEXIÓN PARA EL QUINTO DÍA: HERENCIA
“En efecto, todos los que son guiados por el ESPÍRITU de DIOS son hijos de DIOS, pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un ESPÍRITU de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡ABBA PADRE!
El ESPÍRITU mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de DIOS. Y si hijos, también herederos; herederos de DIOS y coherederos de CRISTO, ya que sufrimos con ÉL para ser también con ÉL Glorificados.” (Rm. 8, 14 -17)
Mi más amado PADRE: Con reverencia y maravilla, he aprendido a alabar Tu Magnificencia y toda Tu Creación. Con sincera gratitud, he aprendido a agradecer Tu desinteresada Generosidad. Con humildad y amor, he aprendido a ofrecerte todo aquello que me has dado. Con un corazón arrepentido pero esperanzado, he aprendido a pedir Tu Perdón y tierna Misericordia.
Y ahora que puedo apreciar completamente que Existes, que Eres DIOS, que creaste el universo
entero, que me creaste; comprendo que además de esas Maravillas, eres mi PADRE verdadero y que
yo soy para Ti un hijo verdadero. Mi corazón no puede detener el gozo; No sólo soy Tu criatura,
también soy Tu hijo. Me creaste a Imagen TUYA, de modo que pueda compartir Contigo la Vida
Eterna. Es así que comprendo “cómo amas tanto a Tus hijos”.
Sin embargo, a pesar de que esto me lo has dicho por medio de las Santas Escrituras y por medio de las enseñanzas de nuestra Iglesia, mis oídos no han escuchado Tus Palabras y mi corazón se ha endurecido.
Me he extraviado en caminos muy lejanos a Tu VOZ, a Tu CORAZÓN, al AMOR que sientes por mí. Pero ahora el velo se ha levantado, la niebla se ha dispersado. Veo, oigo y comprendo.
¡TÚ ERES en verdad mi PADRE y yo soy verdaderamente TU hijo! Soy Tu hijo pródigo, que corre hacia Ti, corre hacia Tus Brazos que esperan… Vuelvo a Casa, a Ti, mi PADRE, donde yo pertenezco. Por favor, mantenme firme en Tu CORAZÓN y jamás me dejes ir, ahora y por siempre. Amén.
Medita en lo que significa tener a Dios como tu verdadero Padre; y para ti, ser su verdadero hijo. ¿Qué significa esta herencia? Piensa en el inmenso gozo y las responsabilidades que esto encierra.
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TEMA DE REFLEXIÓN PARA EL SEXTO DÍA: DIGAMOS “SÍ” AL PADRE
“He aquí la ESCLAVA del SEÑOR; hágase en Mí según Tu Palabra.” (LC 1, 38).
“PADRE Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras Tú.” (Mt. 26, 39).
Mi Buen Amado PADRE: Concédeme el Privilegio de darte mi “Sí”. TE digo “Sí”, PADRE, en todas las cosas. No es un “Sí” condicionado a sólo aquello que es fácil y cómodo. No es un “Sí” condicionado a sólo aquello que a mí me beneficie.
No, yo Te doy mi “Sí” en todo, PADRE. Porque yo sé que Tú eres puro Amor y que puedes transformar todas las cosas en amor puro.
Hacer Tu Voluntad nunca podrá lastimarme.
Hacer Tu Voluntad nunca podrá herir a nadie.
Haciendo Tu Voluntad nada me separará de Ti.
Hacer Tu Voluntad sólo puede traer el ritmo y armonía de Tu Voluntad aquí en la Tierra.
Hacer Tu Voluntad sólo puede difundir Tu Luz y Tu Amor.
Hacer Tu Voluntad sólo puede ayudarme a volver a Ti.
Hacer Tu Voluntad sólo puede ayudarme a acercar hacia Ti a muchos de Tus hijos.
Cuando doy un paso hacia Tu Voluntad, marco el compás del orden, ritmo y armonía de Tu Divina
Voluntad. Cuando doy el paso lejos de Tu Voluntad, tropiezo en el caos, en el desorden y en
la oscuridad de la discordia… Déjame escuchar la Voz gentil y amorosa que me llama, invitándome a
hacer Tu Divina Voluntad... soy Tuyo, SEÑOR. Dispón de mí.
Porque yo sé que Tu Voluntad es amor, aún cuando Tu Voluntad puede parecer dolorosa y grave. Comprendo que Tus Caminos no son siempre los caminos del hombre. Sólo Tú sabes el destino de todo. Sólo Tú conoces el “porqué” de nuestras cruces. Pero a pesar de no comprenderlo todo… confío en Ti totalmente.
¿Por qué? Porque Tú ERES mi PADRE… y Tú me amas. Tú quieres para mí sólo aquello que es bueno. Tú quieres que retorne a Casa, para estar junto a Ti. No hay otra cosa que quieras más. Por eso Te digo: ¡Sí, PADRE! ¡Te digo, Sí a Ti! Digo “Sí” al ritmo y armonía de Tu Divina Voluntad. Amén.
Medita en lo que significa dar tu Fiat, tu "Sí" a Dios, Nuestro Padre. ¿Cómo cambiará esto tu vida?
¿Cómo cambiará esto tu relación con Dios, con los demás?
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TEMA DE REFLEXIÓN PARA EL SÉPTIMO DÍA: FIDELIDAD
“He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe” (2 Tm. 4, 7).
PADRE QUERIDO, AMADO Y VIDA:
Yo comprometo mi Fe, Esperanza y Amor; como precioso obsequio, una promesa de mi fidelidad incondicionada hacia TI. Sabes que confío en el amor que me tienes.
Dame fortaleza, coraje y perseverancia para que nunca dude, que no me pierda ni me desespere. Por favor, bendice este voto y hazme un valiente y generoso guerrero… uno que combata la oscuridad con la dulce espada de TU AMOR Y MISERICORDIA.
Como sé que nunca me abandonarás, rezo para que yo nunca te abandone. Por favor, estréchame tiernamente en TU CORAZÓN, y jamás me dejes ir. En Ti, PADRE, ¡yo confío! Amén.
Medita en tu promesa de fidelidad a Dios Padre. ¿Qué significa ser leal y comprometido con Dios? ¿Te sientes comprometido a regresar a tu Padre? ¿Quieres ayudar a otros a regresar también? ¿Qué significa ser un "gentil guerrero" del Amor y la Misericordia de Dios Padre, aquí en la tierra? Como San Pablo, cuando mueras, ¿sentirás que has combatido el buen combate?.
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TEMA DE REFLEXIÓN PARA EL OCTAVO DÍA: CONSAGRACIÓN
“Porque nosotros somos santuarios del DIOS VIVO, como dijo DIOS: hablaré en medio de ellos y
andaré entre ellos; YO SERÉ SU DIOS y ellos serán MI pueblo.” (2 co. 6, 16)
MI MUY QUERIDO PADRE:
TE llamo para presenciar y participar en mi solemne Consagración a TI. Luego de siete días de
preparación, vengo a TI ahora como uno que todavía está aprendiendo cómo conocerte y amarte, cómo alabarte y agradarte, cómo ofrecerte todas las bendiciones y cruces que me has dado, y cómo pedirte perdón y misericordia.
Vengo también como un combatiente, fuerte en la resolución de servirte y honrarte. Pero más
importante aún, vengo como un hijo lleno de reverencia y maravilla al conocer que verdaderamente soy Tu hijo y Tú —Creador del Universo— mi verdadero PADRE.
Aunque me he alejado de Ti en mi vida diaria, elijo hoy retornar, pues añoro estar Contigo, en Tu
CASA por siempre.
En Tu Divina Presencia, con conocimiento pleno y libre voluntad, me Consagro completamente a Ti, me “inclino tiernamente sobre Tu PATERNO CORAZÓN”, y Te pido me retengas con fuerza y no me dejes ir jamás.
Déjame ser un templo donde puedas habitar, PADRE. Y con el más grande amor y ternura, pueda ser yo Tu más amable y fiel compañero, llevándote conmigo todos los días de mi vida.
Pueda llevarte yo ante mi familia y amigos, extraños que encuentre, de modo que ellos también puedan ver Tu Luz y sentir la ternura de Tu CORAZÓN.
Cuando habitas en nosotros, existe un nexo bendito entre el Cielo y la Tierra. Permite que muchos y muchos más hijos Tuyos se Consagren completamente a Ti. Como JESÚS nos enseñó a rezar decimos también.
“Venga a nosotros Tu Reino… Hágase Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo” Amén.
Medita en lo que significa estar "consagrado" a Dios, Nuestro Padre. La palabra Consagración significa “hacer sagrado” o “darse uno mismo para un propósito sagrado.” ¿Cómo cambia esto tu vida? ¿Cómo cambia esto tu relación con Dios Padre? ¿Cómo puedes tú vivir tu consagración diariamente?
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ORACIÓN CONCLUSIVA (Para todos los días)
Amado DIOS PADRE Nuestro, Te amo, Te adoro y me consagro a Ti.
Señor, PADRE y Dueño de nuestras vidas, sálvanos del rebelde que habita siempre en medio de nosotros.
Señor, PADRE y Dueño de nuestras vidas, no nos abandones, ni hoy ni en la hora de la angustia.
Amén.
Consagración
a
Dios Padre de toda la humanidad
- El último día de la Santa Octava -
***Antes de la Consagración a Dios Padre***
(Oraciones de Madre Eugenia Elisabetta Ravasio)
DIOS ES MI PADRE
Padre mío que Estás en los cielos, ¡cómo es dulce y suave saber que Tú Eres mi Padre y que yo soy tu hijo/a! Sobre todo cuando está oscuro el cielo de mi alma y más pesada es mi cruz, es cuando siento la necesidad de repetirte: ¡Padre, creo en tu amor por mí!
Sí, ¡creo que tú para mí eres Padre en cada momento de la vida, y que yo soy Tu hijo/a! ¡Creo que me Amas con amor infinito! ¡Creo que Velas día y noche sobre mí y que ni siquiera un cabello se cae de mi cabeza sin Tu permiso! Creo que, infinitamente Sabio Haces que todo sirva para el beneficio de los que Te aman: ¡y aún bajo las manos que golpean yo beso Tu mano que Sana!
Creo,.. ¡pero aumenta en mí la fe, la esperanza y la caridad! Enséñame a ver siempre tu amor como guía en cada evento de mi vida. Enséñame a abandonarme a Ti como un niño en los brazos de la mamá. Padre, Tú Sabes todo, Tú Ves todo, Tú me Conoces mejor de lo que me conozca yo mismo/a: ¡Tú Puedes todo y Tú me Amas!
Padre mío, dado que Tú Quieres que siempre recurramos a Ti, heme aquí con confianza para pedirte, con Jesús y María: “Conságrame a Tu Perfecto Corazón”
Por esta intención, uniéndome a Sus Sacratísimos Corazones, Te ofrezco todas mis oraciones, mis sacrificios y mortificaciones, todas mis acciones y una mayor fidelidad a mis deberes ¡Dame la luz, la gracia y la fuerza del Espíritu Santo! Confírmame en este Espíritu de modo que yo no Lo pierda nunca, ni Lo entristezca, ni Lo debilite en mí. Padre mío, ¡es en nombre de Jesús, Tu Hijo, que te lo pido! Y Tú, oh Jesús, Abre Tu Corazón y Métele adentro el mío, y con el de María ¡Ofrécelo a nuestro Padre Divino! …
¡Obténme la gracia que necesito! Padre Divino, Llama hacia Ti a todos los hombres. ¡Qué el mundo entero proclame Tu Paternal Bondad y Tu Divina Misericordia! Sé para mí tierno Padre, y Protégeme por todas partes como a la pupila de Tus ojos. Haz que yo siempre sea digna hija Tuya: ¡Ten piedad de mí! Padre Divino, dulce esperanza de nuestras almas. ¡Qué Tú seas conocido, alabado y amado por todos los hombres!
Padre Divino, bondad infinita que se efunde sobre todos los pueblos. ¡Qué Tú seas conocido, alabado y amado por todos los hombres! Padre Divino, rocío beneficioso de la humanidad. ¡Que Tú seas conocido, alabado y amado por todos los hombres!
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PADRE DÓNAME
Padre,
dame un profundo deseo de amar continuamente;
hazme sentir que cada instante que pasa no podré vivirlo sino en Amor;
hazme probar un profundo sufrimiento por todo el tiempo perdido
y por todo el tiempo que pueda perder.
Padre Celestial, ordena a mi espíritu vivir cada instante en el Amor
y aunque mi cuerpo esté distraído,
mi espíritu pueda amarte continuamente;
y en Ti, Contigo y por Ti, pueda amar al universo entero
y a cada criatura que pasa a mi lado.
Padre, sólo esto quiero,
y quiero que ninguna sombra de desamor ofusque mi espíritu,
de forma que, al momento de mi muerte
yo quede extasiado mirándolo resplandecer de Tu misma Luz.
Amén.
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PADRE LA TIERRA TE NECESITA
Padre, la tierra te necesita
Padre, la tierra te necesita;
el hombre, cada hombre, te necesita;
el aire, pesado y contaminado, te necesita; te ruego, Padre,
vuelve a caminar por los caminos del mundo;
vuelve a vivir en medio de tus hijos; vuelve a gobernar las naciones;
vuelve a traer la paz, y con ella la justicia; vuelve a hacer brillar el fuego del amor,
para que – redimidos del dolor – podamos volvernos criaturas nuevas.
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***CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE***
"Padre, me pongo en Tus Manos.
Haz de mí lo que Quieras.
Sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo.
Lo acepto todo,
con tal de que Tu Voluntad
se cumpla en mí y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
Te encomiendo mi alma,
te la entrego con todo el amor de que soy capaz, porque
Te Amo y necesito darme a Ti;
ponerme en Tus Manos sin limitación, sin medida,
con una Confianza Infinita, porque Tú Eres Mi Padre.
Amén."
(Beato Carlos de Foucauld)
***Después de hacer la Consagración Formal***
Gracias, Padre Eterno, por la vida que me has dado.
Hoy me consagro en cuerpo y alma a seguir Tu Voluntad; que la ayuda y sabiduría del Espíritu Santo me guíen y que sea Jesucristo el ejemplo y amor a seguir.
Me uno a las manos de mi Madre Celestial para que me guíe por el camino de la verdad y permita que en mi mente no haya malos pensamientos, de mi boca nunca salga una mentira y que mis manos nunca cometan actos impuros.
Libérame de las ataduras del pecado y que en el Nombre de Jesús, toda la humanidad se arrodille y reconozca quién es el Salvador de las almas. Que el miedo nunca se apodere de mis sentidos y que mi corazón sea purificado en el Amor de Cristo Jesús. Amén.
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