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MENSAJE DE DIOS PADRE 013

MENSAJE DE DIOS PADRE

SOBRE EL SACERDOCIO

12 de junio de 1998


Hijos míos, ahora os quiero hablar sobre mis Ministros, vuestros Sacerdotes. Ellos son almas escogidas de mi Corazón, en los que he puesto multitud de dones para la transmisión de mis Gracias a todos sus hermanos que sois vosotros. A ellos les he cuidado desde antes de su concepción en la Tierra. Son almas especiales con las que Yo regalo a mi Iglesia para transmitirle mi propia Vida a través de los Sacramentos; son almas muy cercanas a mi Corazón.


Yo constantemente envío a la Tierra este tipo de almas para ayudaros a vosotros en vuestra conversión, en vuestra salvación, en vuestro crecimiento espiritual. Ellos son los portadores de mis Virtudes y de mi Amor.


Como vosotros sabéis, estas almas tienen que encarnarse, igual que vosotros, y tienen que luchar contra todo lo que el demonio y el mundo les ofrecen, igual que vosotros. Tienen que sufrir incomprensiones en su niñez y juventud, especialmente en estos tiempos en los cuales las familias, en general, no les interesa y hasta luchan por no permitir que un hijo suyo se vaya de Sacerdote. Esto lo consideran pasado de moda e indigno para sus familias. Qué tristeza se produce en mi Corazón cuando veo que las familias, que se dicen cristianas, atacan y tratan de quitarle esa idea del Sacerdocio a sus hijos: no se imaginan el daño que me hacen y que os hacéis vosotros mismos. Luego os quejáis conmigo de que no hay operarios para la mies, cuando sois vosotros mismos quienes lo estás propiciando.


Luego tenemos que, a los pocos operarios de mi rebaño, en vez de protegerlos con vuestra oración, os pasáis el tiempo criticándoles sus vidas. Ya les dije que son almas escogidas de mi Corazón, pero así como a vosotros os tocó un cuerpo defectuoso por el pecado original, también a ellos y todos tenéis que luchar contra todos los ataques que mi enemigo os pone en vuestro camino. La lucha de un Sacerdote contra sus debilidades corporales, es muchísimo mayor que las de vosotros, puesto que el demonio los ataca muchísimo más fuerte a ellos, por ser mis Ministros y propagadores de la Fe que mi Hijo les dejó. Si vosotros fuerais generales de un ejército y tuvierais que atacar al ejército enemigo ¿a quién tratarías de eliminar primero? Os iríais a las cabezas que comandan al otro ejército, para que al eliminar a los que dan las órdenes y la estrategia de ataque, ya no puedan continuar el ataque y así el resto del ejército se tendría que retirar sin rumbo fijo y perderían la batalla ¿no lo creéis así, hijitos míos? Lo mismo sucede con mis Sacerdotes y los ataques del maligno, si vosotros en vez de criticar a mis Sacerdotes, los protegierais con vuestras oraciones, ayunos y penitencias, tendríais los Sacerdotes santos que tanto me pedís.


Hijos míos, Yo necesito de vosotros para proteger a los Sacerdotes a través del amor de vuestras oraciones. Tenéis que daros cuenta que el mundo os necesita en la virtud, y que solo viviendo en la virtud, todo se puede lograr. Recapacitar en que para la obtención de los principales Sacramentos, se necesita uno de mis Ministros y si vosotros no los cuidáis como piedras preciosas, que son realmente porque son almas escogidas por Mí, vuestro Padre no tendríais esos Sacramentos ni para vuestra vida ni para vuestra muerte. Yo constantemente envió alma Sacerdotales a la tierra. Yo conozco vuestras necesidades, escuchó el clamor de mi pueblo y actuó de inmediato, pero ¿qué hacéis vosotros con esas almas? Muchas son abortadas, muchas son “convencidas” por sus padres para que no tomen el santísimo camino del Sacerdocio y otras son dejadas a la deriva, a merced de mi enemigo, quién las ataca y logra convencerlos a tomar otras ideologías, que no son las Mías y solo logran confundir a mi pueblo y así se pierden o se apartan de Mi camino. Pero todo esto sucede por vuestra falta de oración y penitencia por ellos. No creáis que porque son sacerdotes ya no necesitan de oraciones, ellos necesitan muchas más que para vosotros. Y son pocos los sacerdotes que se mantienen en una vida Santa y de ejemplo. Pero no os engañéis, hijos míos, si las cosas están así en mi Iglesia, es por vuestra frialdad, indiferencia y crítica hacia mis Ministros. Se dice que un pueblo tiene el Gobierno que se merece, y vosotros ¿no os merecéis lo que tenéis ahora? Recapacitad y orad. La oración y la penitencia, junto con el ayuno, tienen un poder absoluto contra mi enemigo y sus secuaces, porque al orar y daros en penitencia por mis Ministros y por vuestros hermanos, estáis viviendo en el AMOR y mi enemigo no puede nada con quien realmente ama.


Recordar nuevamente, Yo constantemente envió almas Sacerdotales a la tierra, pero, ¿vosotros las acogéis como lo que son y fomentáis su apostolado?


Os amo, hijitos de mi corazón, y os pido que veáis por mis Ministros, cuídenlos, protéjanlos en cuerpo y alma, porque así vosotros mismos os estaréis protegiendo ya que ellos intercederán por vosotros en la vida y en la muerte.


Os bendigo en mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesús y en el del Amor Fecundo del Espíritu Santo.



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